contaminación
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Ahora sabemos que los miembros de nuestra sociedad
moderna (adultos o niños) acarrean en su cuerpo cerca de
300 sustancias (químicas) que no estaban presentes en sus
abuelos, de acuerdo con la información que nos da el artícu-
lo “Children’s Health and Environment: A review of Eviden-
ce”, publicado por la European Environmental Agency y la
Organización Mundial de la Salud, EU, en 2002.
Las consecuencias de esta exposición crónica a las sustan-
cias químicas están reportadas en el
Tercer reporte nacional
sobre exposición humana a sustancias químicas
, del Centro
de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Uni-
dos, donde informa del aumento alarmante de sustancias
químicas en el organismo humano. Estudios de biomonito-
reo en sangre y orina realizados en cinco mil personas cada
dos años, muestran el incremento dramático desde el año
2001 al año 2005, pasando de 27 sustancias detectadas en
el año 2001, a 116 sustancias químicas en el año 2003 y 148
sustancias químicas en el año 2005.
Aunque no tengo autorización para decir el nombre de los
investigadores del Cinvestav-IPN, puedo afirmar que exis-
ten estudios epidemiológicos que prueban algunos de los
graves efectos en la salud humana por la exposición cróni-
ca a sustancias químicas de niños de cinco a diez años en
escuelas públicas de educación primaria en el municipio de
Ecatepec, Edo. de México, en donde se reportaron daños
al sistema nervioso central en 98 por ciento de los niños
estudiados (aproximadamente dos mil) ya sea como retraso
mental o hiperactivismo. Por ejemplo, en el caso del plomo,
que aunque es un contaminante muy estudiado, sigue sien-
do un grave problema de salud pública, no sólo en nuestro
país sino en el mundo entero.
De acuerdo con reportes de investigaciones de la doctora
Lillian Corra, del Instituto Blacksmith que pertenece a la or-
ganización Global Alliance Healt and Pollution, hemos per-
dido cinco puntos en la distribución original del coeficiente
intelectual (I.Q.) que tenía un promedio de 100 puntos, con-
siderando que existían seis millones de “retrasados men-
tales” contra seis millones de “dotados”, y en las últimas
décadas hemos registrado una alarmante disminución de
cinco puntos del coeficiente intelectual (I.Q.) que ahora es
de 95 puntos, con un aumento de 57 por ciento de “retar-
dados mentales”, para llegar a 9.4 millones de “retrasados”
y una disminución de 60 por ciento de “dotados” quedando
en 2.4 millones. La doctora Corra también consigna en sus
investigaciones que un microgramo de plomo por decilitro
de sangre puede generar una reducción de 0.25 del coefi-
ciente intelectual.
De acuerdo con la información que nuestra colega y su equi-
po, doctora Marisa Jacott, que dirige la organización am-
bientalista mexicana Fronteras Comunes, AC, el plomo en
pinturas fue prohibido en Estados Unidos desde 1997 y en
nuestro país todavía se permite. Las fuentes de contamina-
ción por plomo más importantes son: baterías de plomo-
ácido, que usamos en nuestros autos y camiones. En las ca-
zuelas de barro vidriadas. En los cosméticos, como sombras
para ojos, lápiz de labios, esmalte de uñas. En los dulces de
tamarindo y chiles secos (por el tipo de pintura, barniz). En
las etiquetas de refrescos y bolsas de plástico. En las pintu-
ras para la casa (como pigmento). En láminas de protección
contra rayos X. En la fabricación de municiones. En los pla-
tos esmaltados con pinturas con trazas de plomo. Solda-
dura de plomo para uso de vitrales y tuberías de cobre que
pueden trasportar agua. Soldaduras y cañerías de metal. No
debemos olvidar que el plomo es un metal pesado que no
se degrada. Además de los daños al sistema nervioso, tam-
bién afecta los riñones y el sistema reproductivo. También
puede afectar al feto, por lo que si las madres han estado
expuestas al plomo durante el embarazo, sus niños pueden
nacer con daño cerebral. También sabemos que además de
la baja en el desempeño escolar de los niños, por una dis-
minución importante del coeficiente intelectual, genera un
aumento en agresividad y comportamiento violento, a pro-
pósito del acoso (
bullying
) escolar. Adultos afectados por el
plomo, pueden padecer daños neurológicos, reproductivos,
anemia, daño renal y aumento de la presión arterial.
Las fuentes de contaminación por plo-
mo más importantes son: baterías, ca-
zuelas de barro vidriadas, cosméticos,
dulces de tamarindo y chiles secos, eti-
quetas de refrescos y bolsas de plástico,
pinturas para la casa, láminas de protec-
ción contra rayos X, fabricación de mu-
niciones, platos esmaltados y soldadura
de plomo para uso de vitrales y tuberías
