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Recientemente, la ONU estimó que la población crece a un ritmo de alrededor
de 78 millones de personas al año, comparado con 90 millones de nacimientos a
inicios de la década de 1990. Sin embargo, actualmente, subraya que el aumento
de la población mundial es de mil millones cada 13 años, y en muchas naciones
los nacimientos son mucho más numerosos que los decesos, otro factor que
coadyuva a la explosión demográfica.
Es importante destacar que Naciones Unidas afirma que a escala mundial, la tasa
de fecundidad se redujo a la mitad desde la década de 1960, a un nivel de tres
niños por mujer.
En 65 países —agrega—, entre ellos nueve en el mundo en desarrollo, las tasas
de fecundidad cayeron por debajo de dos hijos por mujer, pero estos niveles de
nacimiento aún están en aumento en 123 países, y en algunos otros es todavía
mayor. Así, la población aumenta con rapidez si se considera que alrededor de
1.7 millones de personas viven en 47 países donde la tasa de fertilidad promedio
está entre tres y cinco hijos por mujer. Otras 730 millones de personas viven en 44
países donde las mujeres tienen como promedio cinco hijos o más.
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Alimentos:
La creciente carestía y escasez de alimen-
tos básicos son resultado del aumento de la población
mundial, en especial en el llamado Tercer Mundo. Mil mi-
llones de personas, una de cada siete, se va a dormir con
hambre todos los días; alrededor de 25 mil, mueren de en-
fermedades relacionadas con el hambre y la desnutrición,
18 mil de éstos son niños menores de cinco años. La dis-
tribución y producción de alimentos podrían solucionarse
si se disminuye el crecimiento poblacional y se mantiene
en un nivel sostenible.
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Agua:
La escasez del agua afecta aproximadamente a
mil millones de personas que no tienen acceso al vital lí-
quido tanto para su consumo como para las actividades
agrícolas. Los acuíferos se están agotando más rápido de
lo que pueden ser reemplazados y la fusión de los glacia-
res amenaza el suministro de agua para miles de millones
de personas en el mundo, en especial al gran número que
habita en pueblos y ciudades costeras.
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Calidad del aire:
La contaminación del aire es uno
de los más graves problemas que afectan al planeta en
la actualidad. Los problemas no se limitan a los países
industrializados con sus automóviles y fábricas. Millones
de niños enfermos en países subdesarrollados, donde las
personas dependen de la combustión de leña y estiércol
para cocinar y pasar menos frío, lo cual coadyuva al enra-
recimiento del aire que respiramos. Según la Organización
Mundial de la Salud, el humo de las chimeneas en muchas
regiones del planeta, es el causante de un “drástico au-
mento” de asma infantil en los últimos 20 años.
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Petróleo y gas:
Los dos enemigos más importantes
del medio ambiente que producen la más grave contami-
La explosión demográfica y nuestros recursos
nación en la tierra y en los mares. El transporte masivo y
rápido para la enorme población de hoy depende del pe-
tróleo. De igual manera, es indispensable para suministrar
alimentos e insumos a las grandes ciudades (Nueva York,
Los Ángeles, Londres o la ciudad de México). Aún existe
una gran cantidad de combustibles fósiles en la tierra, y ya
hemos extraído una gran parte del más codiciado: el petró-
leo. El concepto Peak Oil significa que después de un año,
tal vez para 2020, su producción mundial se incrementará al
máximo para después empezar a declinar. Por lo tanto, es
indispensable que los gobiernos del mundo inviertan más
en la búsqueda de nuevas formas de producir energía limpia
para reducir el impacto del calentamiento global, el cambio
climático y la desaparición de la biodiversidad.
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La capa de ozono:
Se estima que en los últimos 50
años la capa de ozono de la atmósfera ya no sólo no pro-
tege a la población mundial, sino que también los rayos de
sol que antes eran parte de la placentera costumbre de ir a
una playa a asolearse, hoy sus rayos ultravioleta (UV) son
altamente dañinos. La capa de ozono es una región de mo-
léculas concentradas de una forma de oxígeno (O
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) muy por
encima de la Tierra. Sin él no habría ninguna vida como la
conocemos. Sin embargo, a causa de diversos productos
químicos de las industrias humanas, especialmente los clo-
rofluorocarbonos (CFC), se ha ido destruyendo el ozono a
lo largo de los años. Algunos de los más peligrosos fueron
prohibidos en muchos países, pero sus efectos son de muy
larga duración y por ello continuarán agotando la capa de
ozono durante muchos años. Actualmente la capa se des-
truye a un ritmo de aproximadamente un 4 por ciento por
década.
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