Pero en tanto nuestra pequeña, ahora más pequeña, Secre-
taría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), las
dependencias federales y los gobiernos estatales y municipales
no se ocupen de informarnos y educarnos de todos estos graves
impactos al ecosistema, y sobre todo los impactos de esta conta-
minación a nuestra salud, simplemente no podremos tomar esta
concienciaquenoshace falta. Lamejormuestradequeanuestros
gobiernos federales no les ha importado realmente la educación
ambiental, ni muchomenos ladifusiónde los graves problemas de
contaminación química en el ecosistema, es la desaparición del
CentrodeEducación yCapacitacióndeDesarrolloSustentablede
la Semarnat, creado el 28 de diciembre de 1994. Es inconcebible
que esto haya sucedido en nuestropaís.
De manera que la “cultura ambiental” todavía no es parte de
nuestro comportamiento cotidiano. Hemos luchado desde 1991
para que en los programas educativos formales, públicos y pri-
vados, se incluya una materia que se denomine “salud y medio
ambiente”. Desde pre-escolar hasta el nivel universitario. Se lo
planteamos al doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando era
el secretario de Educación Pública en 1993, y nos contestó: “muy
buena idea, ingenieroÁlvarez”, pero hasta ahí. No sucedió nada.
Nuestrosmaestros están prácticamente ausentes en la difusión
yenseñanzade losobjetivosdenuestrapolíticaambientalnacional.
Ya no digamos los miembros de la Coordinadora Nacional de Tra-
bajadores de la Educación, (CNTE), que están más preocupados
y ocupados por sus prebendas económicas y políticas que por
la educación de nuestros niños. Es urgente la reestructuración
y modernización de nuestro sistema educativo, incluyendo, por
supuesto, la comunicación y la educación ambiental.
* Presidente deMéxico, Comunicación y Ambiente, AC.
@calvarezflores /
www.carlosalvarezflores.com>.
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