Contaminación generalizada
En el caso de nuestros cuerpos de agua, segui-
mos contaminándolos permanentemente con
sustancias químicas que vierten indebidamente
las empresas; también con residuos orgánicos
del excremento de las granjas avícolas, porcinas y
lecheras. Con jalesminerosque contienenmetales
pesados. También con plaguicidas tóxicos. Y en
el caso del aire, simplemente México tiene la peor
calidaddeairede los34paísesde laOCDE, debido
a que, entre otras agravantes, ni siquiera tenemos
programas de verificación vehicular obligatoria en
todos los estados de la República. Nuevo León no
lo tiene. Inexplicablemente a pesar de que la zona
metropolitanadeMonterreyesde lasmáscontami-
nadas del país.
También por la gran irresponsabilidad de go-
biernos municipales de no detener a los vehículos
que no verifican, como en el caso del estado de
Guanajuato, no verifican ni siquiera el 35 por ciento
de los vehículos automotores y no son detenidos.
Ya vivimos la peor contingencia ambiental de la
ZonaMetropolitanadel ValledeMéxico (ZMVM), en
estosúltimoscuatromeses, precisamentepor altos
niveles de ozono. De las empresas, ni qué decir,
jamás han sido obligadas a cumplir estrictamente
laNormaOficialMexicanaNOM-085-Semarnat-1994, que regula los límitesmáxi-
mos permitidos de contaminantes atmosféricos de las fuentes fijas que queman
combustibles fósiles. Tampoco tenemos normadas otras emisiones industriales
tóxicas. La quema de biomasa, o quema de pata o esquilmos sigue siendo una
irresponsablecostumbredenuestros ignorantesproductoresagrícolas,que jamás
nadie leshahabladode lasdioxinasy furanos, contaminantesorgánicospersisten-
tes, altamente tóxicos, que no se biodegradan pero sí se bioacumulan, señalados
en el Conveniode Estocolmo.
Seguimos sin actualizar nuestras viejas y obsoletas normas oficialesmexicanas
de calidad de aire, debido a la gran irresponsabilidad de la Comisión Federal para
la Prevención contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Muchas de ellas, como la de
dióxido de azufre (SO
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), NOM-022-SSA1-2010, se encuentran más de 1,340 por
ciento arriba de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS),
desde 1999. O laNOM-023-SSA1-1994 de óxidos de nitrógeno que se encuentra
98 por ciento por encima. Tampoco los mexicanos saben que esta instancia, la
Cofepris, en lugar develar yproteger nuestrasalud, objetivoparael cual fuecreada,
tiene12añosderetrasoen laactualizacióndelcatálogodeplaguicidastóxicos,que
inexplicablemente sigue autorizando el uso en México de 30 plaguicidas tóxicos
que ya están prohibidos en todo el mundo.
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