Además, losgobiernosnacionalesnohan
podidodarempleo,educación,unambiente
sano, servicios de salud, cultura, deporte y
esparcimiento a los ciudadanos, demanera
quepodemosafirmar queelmodeloeconó-
mico-político-administrativode nuestropaís
no ha podido cubrir las necesidades de sus
habitantes, y sabemos que la forma de gas-
tar nuestros presupuestos no es eficiente ni
transparente.Sigueprevaleciendo lacorrup-
cióny la impunidadensumanejo.
Así, los tres niveles de gobierno—munici-
pal,estatalyfederal—nopermitenlacorrecta
distribuciónderesponsabilidades.Pareciera
que cada uno es una entidad independiente
y lejana. LapoderosaFederaciónmanejade
manera exclusiva los recursos económicos
que capta mediante los impuestos que pa-
gamos, y se encarga de “transferir” a las en-
tidadesfederativasymunicipios losrecursos
que “les corresponden”. Sin embargo, los
criterios que utiliza sonmeramente políticos
y no se relacionan con las verdaderas nece-
sidadesdecada región.
Los partidos políticos, cuando se con-
vierten en gobiernos, ejercen un control
total en la asignación de puestos de con-
fianza y plazas de base en la enorme bu-
rocracia oficial. Por lo tanto, los empleados
públicos no tienen, en lamayoría de casos,
ni el perfil ni las capacidades para dar bue-
nos resultados; esto sin considerar que
existen miles de puestos que no son des-
empeñados por sus titulares, quienes son
simplemente “aviadores”.
Éste es el caso de los empleados de los
sistemasdeaseoy limpiade losdosmil 445
municipiosdenuestropaís, quienesapesar
de que puedan cobrar sueldos raquíticos
decincomil pesosmensuales, representan
una carga onerosa y un grave obstáculo
para resolver el problema del buen manejo
de los RSU. Ya que en la mayoría de ayun-
tamientos existen decenas y, en algunos
casos, cientos de “aviadores” como enOa-
xaca capital y en el propio Distrito Federal,
ahora Ciudad de México, donde existen
miles de ellos. Cobijados por la figura de los
sindicatos, diríayo,mafias. Listasparavotar
por el partidopolítico en turno.
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