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Comprar muebles de segunda mano: una alternativa para incrementar la economía circular

  • Entre 1990 y 2020, la deforestación acabó con más de 400 millones de hectáreas de bosque; la fabricación, transporte, venta y desecho de muebles impacta claramente

BBVA Sostenibilidad

Hoy, una mayor concienciación sobre el impacto ambiental de la deforestación hace que cada vez más personas opten por adquirir productos de segunda mano para elegir su mobiliario. La compra de muebles usados ya no es solo algo para darle originalidad a la casa comprando en mercados de pulgas o tiendas de antigüedades, sino que existen multitud de opciones para dar una nueva vida a sillas, mesas, lámparas o estanterías.

Aunque de forma menos pronunciada, el sector del mobiliario ha seguido una tendencia de fabricar artículos a gran escala y menor calidad, para tener una vida útil breve y ser reemplazados rápidamente, en este sentido, la European Environment Bureau señala que solo en la Unión Europea se fabrican unos 10.5 millones de toneladas de muebles cada año.

Este nivel de fabricación provoca graves impactos ambientales. Solo la extracción de madera, la materia prima básica de esta industria, provocó la deforestación de 420 millones de hectáreas de bosques entre 1990 y 2020, y que entre 2015 y 2020 se perdió una media de diez millones de hectáreas al año.

Pero no es todo, también hay un alto consumo de energía y recursos naturales utilizados para la fabricación, el transporte, la venta y el desechado de los muebles. Y, aunque podría tratarse de una industria con un alto grado de circularidad (muchas piezas de mobiliario podrían durar muchísimos años), lo cierto es que de los más de diez millones de muebles que se comercializan cada año en la Unión Europea, solo se recicla un 10 por ciento. La reutilización también es baja, y solo se da en tiendas y plataformas de segunda mano y empresas y entidades sociales y benéficas.

No obstante, un estudio de la plataforma Wallapop revela que el 94 por ciento de los españoles encuestados contempla comprar artículos de segunda mano. De ellos, el 47 por ciento señala que más allá del factor económico, está preocupado por realizar un consumo responsable.

Mientras que grandes gigantes de la venta de muebles han comenzado a vender artículos de segunda mano. Entre ellos, Ikea.

De lineal a circular: el caso de los muebles reacondicionados

Uno de los problemas que se presentan actualmente para que la industria del mueble avance hacia la circularidad radica en que muchos fabricantes utilizan materiales de peor calidad y menos robustos, a lo que se suma que el propio diseño no está pensado para durar ni para facilitar el reciclado. Esto hace que los muebles duren poco y no puedan utilizarse generación tras generación, como sucedía hasta hace muy poco.

Huir de este tipo de muebles y apostar por aquellos de calidad y duraderos es una de las premisas de Reoffice by Montiel, la única empresa española que reacondiciona muebles de alta gama usados y vuelve a ponerlos en el mercado. Su modelo de negocio se basa en comprar mobiliario de oficina a grandes empresas, restaurarlo y arreglarlo para venderlo posteriormente.

En 2023 la empresa facturó seis millones de euros. Y es que, según aseguran, hay mercado para los artículos usados.

Para los compradores, la principal diferencia entre la segunda mano y el reacondicionamiento tiene que ver con la garantía. Un producto reacondicionado ha pasado por una empresa que se encarga de repararlo, recuperar su mejor versión y ponerlo a punto antes de sacarlo al mercado, y ofrece además una garantía. Por otro lado, la venta de productos de segunda mano se da más a menudo entre particulares, tiendas o plataformas, a modo de intercambio.

Las ventajas de apostar por lo usado

Los beneficios de comprar artículos de segunda vida en buen estado son evidentes: se reducen tanto el gasto (hasta un 70 por ciento) como el consumo de recursos materiales y la huella de carbono que genera la producción de uno nuevo.

Gracias al reacondicionamiento, Reoffice by Montiel calcula que ha conseguido evitar la emisión de unos 8400 millones de kilos de dióxido de carbono (CO2). Además, su equipo consigue reutilizar el 90 por ciento de los componentes de los muebles que compra; tan solo el 10 por ciento se envía a reciclar.

Fotografía: BBVA Sostenibilidad

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