Estos modelos de conservación van por buen camino, ya que en México y en el mundo, el medio ambiente enfrenta grandes retos
Ciudad de México.— Actualmente el 12 por ciento del territorio mexicano está considerado área natural protegida (ANP), y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) administra 176 ANP que resguardan ecosistemas donde es factible combatir el cambio climático por medio de su preservación, y en las cuales habitan poco más de dos millones de personas.
Sobre este contexto es que las políticas públicas y la participación ciudadana requieren de la búsqueda de sustentabilidad apropiada para las dinámicas de los habitantes con el objetivo de que los servicios ambientales de las ANP persistan, y, de forma paralela, se concreten acciones para mitigar el cambio climático.
En dicho tenor, Gerardo Ceballos, investigador de la UNAM, aseguró que no todo es malo en las ANP, y que estos modelos de conservación “van por buen camino, ya que en México y en el mundo, el medio ambiente enfrenta grandes retos, lo que hace una obligación el contar con una buena política pública”.
“Tenemos mucha información, pero no se usa para atender este sector”, lamentó. Otro gran reto, detalló, es no imponer visiones a rajatabla, desde el conservacionismo total hasta el desarrollo industrial sin freno. Afirmó que “se tiene que trabajar armónicamente, con base a una adecuada política del uso del suelo nacional”.
Cabe mencionar que en México existen 23 mil kilómetros cuadrados urbanizados, pero ello sólo equivale a un kilómetro urbano por 11 kilómetros de áreas protegidas; lo cual demuestra el gran potencial y extensión que tienen los ecosistemas nacionales.
Con esta estadística se vuelve imperante completar los planes de manejo con los que cuentan las ANP que hasta ahora reflejan las características y la situación de 91 zonas que pueden ser consideradas como los pulmones de la urbanización.
La Conanp tiene el gran reto de dar certeza sobre cuál es la situación de las 176 áreas, de las cuales 89 tienen un programa de manejo y 87 no cuentan con él. Aunado a que si bien la cifra de ANP va en aumento, el recurso destinado a las mismas no crece. Por lo tanto, la lucha consiste en tener cuando menos cinco dólares por hectárea de conservación y en contratar más personal para tener un trabajador técnico por cada cinco mil hectáreas.